Presenta los valores nutricionales del té verde de montaña.
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Fecha de publicación:
2022-05-17
Los altos niveles de nutrientes del té verde de montaña se ven reforzados por la gran amplitud térmica entre el día y la noche. Esta marcada diferencia de temperatura obliga al té a realizar una intensa fotosíntesis durante el día, lo que asegura un adecuado ciclo de sustancias por la noche. Como resultado, los componentes internos del té de montaña se vuelven aún más ricos, mejorando naturalmente su sabor. Además, en estas condiciones, predomina la luz azul y violeta.

Las áreas de mayor altitud suelen estar cubiertas de nubes y niebla, lo que hace que los árboles de té reciban una radiación solar y una calidad de luz diferentes a las de las tierras planas. En las regiones montañosas, la exposición a la luz es corta y predominan los rayos difusos, lo que resulta en una mayor proporción de luz roja y amarilla en comparación con la luz azul y violeta. La luz roja favorece la formación de teanos, mientras que la luz azul y violeta promueve la síntesis de aminoácidos y proteínas. Todo ello contribuye a que el té adquiera un aroma más intenso y un sabor prolongado en el paladar.
En las zonas de alta altitud con suelos fértiles y elevados, predominan comúnmente los suelos arenosos y arcillosos enriquecidos con materia orgánica; presentan capas profundas de tierra y un pH adecuado. La vegetación es exuberante, con abundantes ramas secas y hojarasca que forman una espesa cubierta sobre el suelo. Esto no solo asegura que el sustrato sea ligero y aireado, sino que también aporta un rico contenido en materia orgánica y minerales. Bajo estas condiciones ecológicas, los arbustos de té crecen vigorosos, con brotes y hojas robustas y llenos de nutrientes esenciales. Como resultado, el té elaborado a partir de ellos posee un aroma intenso y un sabor fresco y refrescante.
A mayor altitud, menor contaminación. En las plantaciones de té de alta montaña, el equilibrio ecológico se mantiene mejor; gracias a la resistencia natural de los arbustos de té, rara vez sufren la molestia de plagas o enfermedades. Muchas de estas plantaciones ni siquiera aplican pesticidas, lo que garantiza que los niveles de residuos de agroquímicos en las hojas de té sean extremadamente bajos. Además, las fuentes de fertilizantes son abundantes en las zonas montañosas, por lo que apenas se utilizan abonos químicos, preservando así las excelentes propiedades físico-químicas del suelo y asegurando una calidad superior del té. Estas áreas, poco frecuentadas por humanos, gozan de una calidad excepcional del aire, prácticamente libre de contaminación.
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