¡A descubrir juntos las ventajas del té blanco de jazmín!

　　¿Por qué el té blanco que ha sido infundido con flores fragantes ya no se considera té blanco, ni siquiera puede ser llamado así? Esto está determinado directamente por la propia "técnica de infusión floral". La técnica de infusión floral consiste en utilizar altas temperaturas para abrir las paredes celulares del té, y luego volver a aplicar calor intenso para deshacer también las paredes celulares de las flores. Una vez que las paredes celulares de las flores se abren, liberan moléculas aromáticas; mientras tanto, al abrirse las paredes celulares del té, éste absorbe esas mismas fragancias.

　　Entonces, el té calentado libera las moléculas aromáticas contenidas en los pétalos de flores también calentados, las cuales son absorbidas por las células del propio té y almacenadas allí. Cuando vuelven a exponerse al calor, bajo la infusión con agua hirviendo, las paredes celulares del té se abren, liberando tanto los nutrientes presentes en el interior de su propia savia celular como las moléculas aromáticas captadas previamente de las flores, vertiéndolas por completo hacia la infusión de té.

　　El té blanco antes del proceso de infusión floral sigue siendo té blanco, ya que cumple con las normas nacionales establecidas para la recolección y el procesamiento propias de este tipo de té. Estas consisten simplemente en dos etapas: marchitado + secado al horno. Sin embargo, después de la infusión floral, el té blanco involucrado se recalienta, incluso varias veces. Durante estos repetidos ciclos de calentamiento, los componentes internos del té blanco inevitablemente sufren daños de distinto grado.

　　Este tipo de té blanco, al que se le han añadido intencionalmente procesos adicionales —además de la marchitación y el secado—, incluye una etapa más llamada "inmersión floral", lo que contradice las normas establecidas para la elaboración del té blanco. Entonces, ¿cómo podría seguir denominándose té blanco? Además, tras la inmersión floral, las células del té absorben la fragancia de las flores frescas; en ese momento, este té ya no es auténticamente blanco, sino que ha sido enriquecido con otros aromas artificiales.